Ayer fui a comprar el almuerzo en lo de Don Coso. Y había decidido que no quería averiguar el nombre. Por los comentarios de la parte I de este post me di cuenta de que hay relaciones en las que es mejor no saber nada de la otra persona.
Entonces fui, pedí la comida, y mientras esperaba fui feliz, porque sabía que no era necesario más que eso. No hacía falta saber nada más del tipo.
Conversamos, como siempre; me puse a mirar el diario. Y en eso veo un pibe que salía del baño. Aparentemente se había cambiado allí. Supongo que era uno de los muchachos del delivery.
Y ahí ocurrió la tragedia. El pibe, con la mayor impunidad, dijo:
—Chau, hasta mañana, Dani.
Y el viejo respondió a su saludo muy cordialmente. Tres segundos después vino de la trastienda con mi comida lista para llevar. Y habrá notado mi cara de terror, porque me miró extrañado.
Pagué y me fui. Se llama Daniel. No lo puedo creer. Daniel… no tiene cara de Daniel. ¡Tiene cara de Alfredo!
Nunca lo voy a poder mirar igual. Ahora sé que se llama Daniel y todo el halo de misterio que tenía alrededor desapareció repentinamente… y ahora hasta parece que fuera mugre que flota a su alrededor. Ya nada va a ser igual.
Ayer la comida tuvo otro sabor… claro que pedí unas empanadas que nunca había comido y puede ser que el sabor diferente se deba a eso; pero yo no quería saber tanto. Si lo encuentro al pibe del delivery lo mato por mal tipo.
PD: Ahora que lo pienso sería bueno averiguar si Don Coso tiene dos nombres. En ese caso Daniel siempre va como buen segundo nombre de Alfredo. Alfredo Daniel. Suena a rotisero. A tipo que sabe hacer un locro.
4 comentarios:
Cambie de rotiseria... pero antes pinche las ruedas del chango del reparto.
Pero mirá el lado positivo: en una relación cliente - rotisero es preferible enterarse que el dueño del local no se llama Alfredo, a enterarse que no se lava las manos.
Yo creo que acá el problema no es Alfredo (me niego a llamarlo Daniel, mucho menos "Dani"), opino humildemente que hay que cargar con el pibe ese, el desubicado que llama a la gente por su nombre y rompe con la magia.
¡Saludos!
P/D: a cada rotisería que entro, pienso "¿Será Alfredo?"
Keyo de Sespere: lo de cambiar de rotisería puede ser. Pero lo de pincharle las ruedas al pibe, eso ni se discute: se hace.
Luciana: ¿y si se llama Daniel y no se lava las manos?
Maris: fíjese en la cara del tipo, si tiene cara de Alfredo, se TIENE que llamar Alfredo. Al pibe del delivery lo vamoagarraentretodo y lovamoareventá.
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